30 de mayo de 2012

Dogma

Por las ciudades donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por los Apóstoles y los presbíteros, recomendando que las observaran. (Hechos 16, 4)
El domingo siguiente a pentecostés, según el calendario litúrgico, es día de la Santísima Trinidad, uno de los más grandes misterios del catecismo católico, también conocido como dogma. Tiempo antes, tenía yo la creencia de que un dogma son aquellas cosas que debes aceptar sin preguntar, pues ya se estableció como cierta y si no lo crees o no lo entiendes lo sentimos mucho, así es. Pero esto no es así de sencillo, parte, pero no completamente. Estás en todo tu derecho de dudar, cuestionar, investigar y preguntar, simplemente es algo que no lograrás entender utilizando únicamente la razón. A su tiempo, con la ayuda de la Fe, es como se llega a aceptar y comprender un dogma.
Si un dogma no admite réplica, no es por imponer ni obligar, sino meramente por fines prácticos. En las filas de la iglesia ya hay, ha habido y seguirá habiendo un Magisterio de la Iglesia con investigadores especializados en escudriñar la historia y las escrituras para definir o decretar si un dogma se acepta, se quita o se cambia. La practicidad viene a que un dogma no es algo sencillo de entender para todos, y evitar explicarlo a todos para usar ese tiempo en cosas más importantes. Aquellos que quieran estudiar teología y materias similares tendrán que dedicarle el tiempo debido a ello mientras el resto se dedica a lo que consideren más importante.
Negar un dogma equivale a negar la fe, o lo que es lo mismo, decir que un dogma no es cierto sería lo mismo que decir que no eres católico, estarías negando la autoridad que Jesús concedió a los apóstoles. No se puede ser católico y al mismo tiempo decir que Jesús no es hijo de Dios, que Maria no concibió virgen o que tenemos derecho de elegir interrumpir un embarazo.
Así es, y en resumen, si aceptamos ser católicos, aceptamos por añadidura la doctrina de la Iglesia como cierta. Si tienes dudas pregúntale al párroco de la Iglesia de tu colonia, si no te satisface la pregunta ve con el obispo, no te quedes sin preguntar, que si no puede llegar alguien que se aproveche de tu duda para confundirte. Pero recuerda, no es algo que lograrás entender solo con la razón o esperando tener pruebas, es una verdad revelada por Dios, mediante la Oración y la Fe.

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