8 de junio de 2012

Sobre las Transfusiones Sanguíneas

Esta semana leí en un portal de noticias católico sobre el fallecimiento de una persona por abstenerse de recibir una transfusión sanguínea por sus creencias. No estoy de acuerdo, pero mi plan tampoco es decir que esto está mal. Hace unas semanas anunciaban una noticia relacionada en la cual decían que un juez había dictaminado a una persona la cual según el médico si no recibía esta transfusión podía morir, y algunos festejaron la decisión del juez, y tampoco estoy de acuerdo con eso. Defender aquello en lo que crees es lo mismo que hicieron nuestros mártires canonizados que admiramos y veneramos, los santos mártires.
Y si fuera distinto y un juez nos obligara a nosotros a hacer algo en contra de nuestras creencias, supongo que no lo festejaríamos tanto. Además, morir por tus creencias siempre será algo de admirase, por lo que dijo Jesús “el que quiera salvar su vida la perderá, y el que la pierda, la conservará” (Lc. 17, 33).
Lo testigos de Jehová rechazan las transfusiones basados en una cita bíblica del libro de Hechos de los apóstoles, donde indica “abstenerse de la sangre” (He. 21, 25), algunas personas que leen esta cita bíblica por primera vez y la toman literal podrían en ese momento tomar la decisión de no aceptar una transfusión de aquí en adelante, para hacer caso a la indicación explícita hecha por los apóstoles. No es mi plan confundirlos, solo informarlos, deben leer hasta el final.
En el capítulo 14 del evangelio de San Lucas, Jesús es cuestionado por lo conocedores de la ley por curar enfermos en sábado, siendo que la ley Judía prohíbe toda actividad en este día de descanso sagrado, y él les dice: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?” (Lc. 14, 5). Es decir, la vida de un ser querido está por encima de la ley.
En el capítulo 12 del Evangelio de San Marcos, Jesús nos enseña que los mandamientos más importantes son dos amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, y además que no hay otro mandamiento más importante que estos dos (Mc. 12, 30-31), con esto no quiero decir que pueden dejar de cumplir todos los otros mandamientos mientras cumplan esos y tienen ganado el cielo, los otros mandamientos son importantes también. A lo que voy es, que así como Jesús era un conocedor de las escrituras, de los profetas, era un judío que respetaba la tradición y mandamientos, nos enseña que ningún mandamiento debe ser más importante que el amor.
Todos somos parte del rebaño, y Jesús es nuestro buen pastor, pero esto no significa “sean borreguitos” escuchando y obedeciendo, sin pensar, sin cuestionar y sin amar, como escribí en la entrada anterior a este blog, estas en todo tu derecho de dudar, preguntar y, si la repuesta no te convence, investigar.
Link a la noticia “Muere una testigo de Jehová en Argentina tras rechazar una transfusión”:
Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. 1 Tim 2, 4
Gilberto Félix, Junio 2012

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