14 de noviembre de 2013

San Alberto Magno, santo patrono de los científicos.



Alberto nació en Alemania a principio del siglo XIII, y aún muy joven se dirigió a Italia, a Padua, sede de una de las más famosas universidades de la Edad Media.

Sacerdote, obispo y Doctor de la Iglesia, fue un destacado teólogo, filósofo y figura representativa de la química. Considerado como el ‘Aristóteles’ de la edad media1. Pero cuando su padre, el conde de Bollstädt, se enteró de que su hijo había vestido el hábito de fraile, se enfureció y quiso sacarlo de la orden, lo que no ocurrió porque lo trasladaron al convento de Colonia, Alemania, la escuela más importante de la orden.

En teología:
La teología tradicional, llamémosla pre-albertiana, se negaba al uso de la razón en la explicación de los dogmas, se limitaba a coleccionar y ordenar los argumentos de los Padres, especialmente del mayor de todos, San Agustín (Siglo IV).

En la universidad de París tradujo, comentó y clasificó textos antiguos, especialmente de Aristóteles. Añadió a estos sus propios comentarios y experimentos, aunque en su opinión la experimentación consistía en observar, describir y clasificar. Este gran trabajo enciclopédico sentó las bases para el trabajo de su discípulo Santo Tomás de Aquino. 

El trabajo de Santo Tomás de Aquino determinará que, a partir de él, la Teología se convierta, sin perder nada de su altura y afectividad, en verdadera ciencia. Ya no será puramente mística y subjetiva, sino también científica y objetiva.

San Alberto y la Virgen:
Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí que soy ‘Trono de la Sabiduría?’.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías". Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo: "Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima". Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió. Falleció el 15 de noviembre de 1280.

Patrono de los científicos:
Fue canonizado por Pio XI el 16 de diciembre de 1931. Quien lo declara Patrono de los científicos. San Alberto es el patrono también de los estudiantes de ciencias naturales, ciencias químicas y de ciencias exactas.

En palabras de Benedicto XVI (Audiencia general 24 de marzo de 2010)2:
San Alberto tiene mucho que enseñarnos aún. Sobre todo, san Alberto muestra que entre fe y ciencia no hay oposición, a pesar de algunos episodios de incomprensión que se han registrado en la historia.
Él nos recuerda que entre ciencia y fe hay amistad, y que los hombres de ciencia pueden recorrer, a través de su vocación al estudio de la naturaleza, un auténtico y fascinante recorrido de santidad.
Aquí está uno de los grandes méritos de san Alberto: con rigor científico estudió las obras de Aristóteles, convencido de que todo lo que es realmente racional es compatible con la fe revelada en las Sagradas Escrituras.
Benedicto XVI

La Biblia
Sobre el desplazamiento de las tierras y los mares, siguiendo la escuela de Aristóteles, Alberto Magno dijo3: “hay tierras que estuvieron cubiertas por aguas dulces o por aguas saladas y ahora están secas y otras al contrario ahora están sumergidas. Pero según la Naturaleza el mar nunca ha cubierto a la Tierra por entero y el mar no podrá jamás ser desecado. Los cambios dependen del régimen de lluvias y su causa es astronómica”. De esto se deduce que San Alberto Magno no consideró racional el diluvio universal bíblico.

Las ideas albertianas sobre el origen de los fósiles fueron muy importantes en los siglos XVI y XVII y chocaba frontalmente con el Génesis de la Biblia, como sucedió con la teoría evolucionista de Darwin. Todo esto pone de manifiesto la gran personalidad de Alberto Magno que supo diferenciar lo que relata la Biblia de las deducciones a la luz de la Ciencia.

Esto no significa que él considerara que las Sagradas Escrituras no fueran ciertas en su totalidad. Aunque aún en la actualidad, existan personas que considere el génesis como evidencia histórica literal, sin saber cómo explicar las evidencias científicas que no apoyan esto. Para otros menos fanáticos, el génesis, junto con el apocalipsis, no debe ser tomado en forma literal, sino figurativa.

He leído comentarios en otros blogs acerca de que este ‘cambio’ de tomar parte del génesis de manera figurativa, es visto por parte de la comunidad no religiosa como un gesto hipócrita ya que así excusamos a la Biblia de sus contradicciones interpretando a nuestro gusto la Biblia. Entonces tendríamos que ser lo suficientemente fanáticos para seguir pensando que las evidencias científicas no tienen importancia, para no ser hipócritas. Pero eso sería actual con la pura fe, sin meter a la razón. Y como dijo Benedicto XVI: “La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin la razón no será humana”.

"¿Existen muchos mundos o existe sólo un único mundo? Ésta es una de las más nobles y elevadas cuestiones planteadas en el estudio de la naturaleza."
San Alberto Magno.

Fuentes:
  1. Desarrollo histórico de la Química http://encina.pntic.mec.es/~jsaf0002/p14.htm
  2. Benedicto XVI: Alberto Magno, el científico y el santo http://www.zenit.org/es/articles/benedicto-xvi-alberto-magno-el-cientifico-y-el-santo
  3. Alberto Magno: Precursor de la ciencia renacentista http://institucional.us.es/revistas/themata/17/05%20Castillo.pdf

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