6 de noviembre de 2013

Amando se cumplen los mandamientos


Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
(Romanos 13,8-10).

Hacer las cosas por amor es como un amparo, ya que si ante los ojos de personas prejuiciosas lo que haces podría estar en contra de su concepto del bien, lo que debe importar es que lo hiciste por amor.
Cuando Jesucristo curó a un enfermo en sábado (Lucas 14, 1-6) fue cuestionado por los conocedores de la ley, ya que ese día estaban prohibidas muchas actividades, como trabajar. Jesús demostró con argumentos que el amor debe estar sobre de la ley. La prohibición del sábado que en sus inicios debería ser como un descanso merecido fue corrompida hasta convertirse en un grillete riguroso.

El concepto del bien y mal, lo que es normal o incluso ético o valores morales, pueden llegar a ser relativos. Relativos a la región geográfica, contexto histórico, de manera que lo que es bueno  o normal en un país, puede no serlo en otro, o no haberlo sido años antes. En cambio, el amor siempre es amor, aunque podría ser relativo en cantidad de una persona a otra.

Los humanos juzgamos y criticamos por lo que vemos en los actos, pero Dios conoce lo que hay en los corazones (Proverbios 21,2), y según el amor con que se actúe es que seremos juzgados.  

“Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor”
San Agustín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario