4 de diciembre de 2013

El Infierno y el big bang


“No hay necesidad de fuego, el infierno son los otros.”
Jean Paul Sartre.

Hay muchas ideas acerca del infierno, que si está aquí en la tierra, debajo de nosotros, dentro de nosotros, entre nosotros, en otra dimensión… hay incluso quienes niegan que exista.
He leído comentarios (en otros blog, no en éste, en éste casi nadie comenta... a veces dudo incluso de que alguien lo lea), que si Dios es bueno y omnipotente, el infierno no existiría, ya que un dios bueno no permitiría el sufrimiento y menos un sufrimiento eterno, y un dios omnipotente podría también evitar la existencia del mal. En lo personal me suena como esos niños que no han entendido que los regaños y castigos de un padre no son para su mal sino par aun bien futuro.
Aunque nadie nace sabiendo ser padre, muchos vemos en los castigos y privaciones herramientas para formar mejor a nuestros hijos, el problema está en encontrar el equilibrio entre que se debe prohibir y que permitir, pero eso sería un tema tan extenso que debería ser tratado en otra entrada. Aunque los hijos, sobre todo los que están en la adolescencia, no lo entiendan que para su bien y digan haciendo berrinche “arruinas mi vida”, como en muchas telenovelas o películas.

Si Dios es bueno, ¿por qué creo al mal y al infierno?

Dios nos creó libres, si lo amaramos de forma obligada no sería amor. Dentro de esa libertad al límite, como sólo Él nos la puede dar, algunos tomaron la decisión de alejarse de él. Dios dentro de su bondad les permite seguir siendo libres a pesar de que su libertad los lleve a tomar la decisión de alejarse, así como un joven al cumplir los 18, un padre debe permitirle al hijo más libertades, que aunque dentro de esta libertad tome ‘malas’ decisiones, es esta manera como le permitirá crecer y aprender.

El infierno no está en este universo, y por lo tanto no está subordinado a lo que conocemos como tiempo, existe desde antes del big bang. Antes de la creación del mundo  material, Dios ya había creado a los ángeles, que por lo tanto no tienen materia, no tiene sexo (no son hombres, ni mujeres), y no tienen alas… ni cuerpo. Estas figuras aladas usadas en sus imágenes son solo una representación. Los ángeles, al igual que nosotros, tenían voluntad libre, y dentro de esta libertad muchos llegaron a cuestionar las decisiones de Dios, y a negarse a adorarlo. Querían ser completamente libres, querían vivir sin leyes, que todo estuviera permitido... y así nació el infierno. Claro que lo que no era justo para los que si decidieron dirigir su voluntad al creador era que quienes decidieran vivir sin ley vivieran entre juntos. Por eso la separación del cielo y el infierno.

Si el infierno y el cielo existen desde antes del big bang, significa que existen desde antes de la creación del tiempo y la materia. El tiempo no existe en esos ‘lugares’ (si es que se le puede llamar lugar a algo que existe desde antes del universo). La inexistencia del tiempo es lo que crea la sensación de eternidad, no es una eternidad en el sentido de que pasen días, años, siglos y siglos, si no de que el tiempo no pasa.
Si existe desde antes de la creación de la materia, ¿Cómo puede existir fuego y máquinas de tortura en el infierno? Esto es porque al igual que las alas de los ángeles, junto a sus cabelleras rubias y ojos azules, no existen. Son representaciones, así como también lo son los cuernos y colas de los demonios.

Dios no manda a nadie al infierno, al igual que un profe no nos reprueba su materia, nosotros somos los que reprobamos al no estudiar, no entender o no adecuarnos a lo que el profe considere para pasar su materia. Pero ojalá salir del infierno, sin importar cual sea tu idea del infierno, fuera tan fácil como presentar un examen extraordinario…

 “El infierno está todo en esta palabra: soledad.”
Victor Hugo.

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