Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir y
no dormir sin soñar…
Gregorio Marañón
(1887-1960), médico y escritor español.
La trascendencia se refiere a ir más allá de algún límite o
superar las restricciones de un determinado ámbito. Muchos vamos por esta vida sin rumbo, sin objetivo, viviendo
por vivir. Si estás ahí he aquí la solución, si no tienes un objetivo en la
vida te propongo que tu objetivo sea este: La Trascendencia.
Al final de cuentas, la trascendencia es el objetivo de muchos sin necesidad de pensar en esa palabra.
Al final de cuentas, la trascendencia es el objetivo de muchos sin necesidad de pensar en esa palabra.
El 21 de junio es día de San Luis Gonzaga, patrono de la juventud cristiana, el nació hace más de 400
años, su objetivo nunca fue la trascendencia pero alcanzó la trascendencia
religiosa: La santidad. De qué otra manera se seguiría hablando de él, rezándole
sus devotos y dedicándole templos, si no hubiera logrado trascender más allá de
su época. Hasta el grado de dedicarle un templo en la ciudad de Culiacán más de
cuatro siglos después de su fallecimiento.
La santidad no es la única forma de trascender, aunque debe ser el objetivo de los que dedican su vida a la religión. Tu forma de trascender la puedes encontrar en aquello a lo que tú le dedicas tu vida, como deporte. El ejemplo más claro de trascendencia deportiva es romper un récord mundial, que seguramente durará solo el tiempo que tarde en llegar otro deportista y rompa de nuevo el record, imponiendo una nueva marca, un nuevo objetivo qué alcanzar.
El mundial de futbol, que en el tiempo en que escribo estas
líneas se está realizando en Brasil, es un buen ejemplo de trascendencia
deportiva. No soy muy deportivo, pero por poner un ejemplo, Pelé es considerado
por muchos el mejor jugador de todos los tiempos, y seguramente se hablará de
él o se usará como referencia durante muchos años.
Otro ámbito en el que se pueda trascender es la literatura.
No sé si Cervantes o Shakespeare se imaginarían que 400 años después de
escribir sus ocurrencias, como el Quijote y Hamlet, serían considerados
representantes de su idioma. El objetivo de un escritor promedio puede ser que
su libro se convierta en Best-Seller,
que se traduzca en más de 8 idiomas y sea famoso en todo el mundo, pero para
otro escritor más modesto con llegar al corazón de una persona se puede sentir
que logró algo. Y en ambos casos hay trascendencia.
Trascender es llegar al infinito y más allá... |
En ámbitos como las artes, música, pintura, poesía, hay
muchos ejemplos de trascendencia: Beethoven, Picasso, Sor Juana, y así. No tan
conocidos son los que trascienden en las ciencias: medicina, astronomía,
tecnología. Y aunque de ellos no se hable, no se hagan películas, no se pongan
en billetes, su satisfacción por lograr algo que trascienda más allá de sus
propias vidas servirá para sentirse reconfortado en que su vida valió la pena.
¿En qué ámbito vas a trascender tú?
Pero hay un punto de la trascendencia, en el que no
necesitas que no te conozca todo el mundo o hablen de ti durante siglos para
trascender, ya que para cada persona que te ama durante tu vida, la habrás
marcado y trascenderás para esa persona durante toda su vida. Eso también es
trascendencia.
Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.
Abraham Lincoln ( 1809-1865), político estadounidense.
Quien escribió esto, buzz?
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